Cuando uno entra a trabajar a la administración pública, tiene un compromiso con los ciudadanos/as de este país de hacer bien su trabajo en forma permanente, y no con su ideario de autoridad de turno

septiembre 2021

Enrique Rajevic en ChileVisión, “cuando uno entra a trabajar a la administración pública, tiene un compromiso con los ciudadanos/as de este país de hacer bien su trabajo en forma permanente, y no con el ideario de la autoridad de turno”.

El investigador CiPP y académico UAH, fue entrevistado para el reportaje de Chilevisión Noticias titulado «Exigen más transparencia: Polémicos contratos de nuevos alcaldes pese a denuncias de millonarios déficits».

Sobre la existencia de cargos de confianza en el sector público, Rajevic señaló que esta situación genera un mayor riesgo o tentación de transformar al personal de la administración pública en personas que sean leales a una autoridad en particular, y no a la institución.

Si bien reconoce que existe un patrimonio, una ética y dignidad de la función pública que se mantiene, este tipo de prácticas son un lastre que puede afectar que se cumplan.

A modo de recomendación, señala que es necesario modificar el Estatuto legal del empleo público con relación a los cargos de confianza, tanto a nivel municipal y nacional, de modo de garantizar que la regla general sea el ingreso a través de concursos públicos.

Uno esperaría, indica Rajevic,  que hubiera una distinción clara entre el gobierno y la administración pública, es decir, entre aquellos que han ganado las elecciones en forma legítima y diseñan las políticas públicas, y aquellos que las implementan.

Es claro en señalar que cuando uno entra a trabajar a la administración pública, tiene un compromiso con los ciudadanos y ciudadanas de este país, de hacer bien su trabajo en forma permanente, y no con el ideario de la autoridad de turno. El principal problema que provocan estas excepciones es que esto se empiece a perder.

Concluye señalando que terminar confiando en el buen o mal criterio de las autoridades, no es razonable. Debemos tener una norma que nos garantice la predominancia del principio del mérito y no del principio de la confianza.

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