Nudos críticos de una nueva reforma al sistema de Alta Dirección Pública

octubre 2021

Fuente: Cooperativa

Eduardo Abarzúa en Cooperativa, sobre el proyecto de Reforma a la Alta Dirección Pública: hay razones para estar preocupados respecto de la viabilidad y pertinencia del proyecto presentado por el gobierno.

En su columna de opinión, coescrita con Cristina Orellana, el investigador CiPP y académico UAH, Eduardo Abarzúa, analiza el proyecto de ley presentado por el gobierno que, según se nombra, fortalece el Sistema de Alta Dirección Pública (SADP) y la dirección nacional del Servicio Civil, y plantea cuatro nudos críticos que generan preocupación respecto de la viabilidad y la pertinencia del mismo.

A modo introductorio, la columna señala que al examinar la propuesta del gobierno están ausentes temas centrales y conocidos que se relacionan con la sustentabilidad de esta política pública, lo que, unido a la urgencia y momento político de la tramitación, generan preocupación respecto de la viabilidad y la pertinencia de un proyecto de esta naturaleza. Con esta perspectiva y en tanto integrantes del Consejo de Alta Dirección Pública, manifestamos nuestra preocupación basados en los siguientes nudos críticos.

El primer nudo crítico identificado por los autores es que el proyecto no se hace cargo del principal problema que afecta al Sistema de Alta Dirección Pública (SADP).

La instauración del SADP, en 2003, tuvo por objeto profesionalizar la gestión directiva del sector público y dejar atrás prácticas clientelares, a través de la selección -sobre la base del mérito y a través de concursos públicos- de los directivos de los principales servicios públicos de nuestro país ….. De esta forma se aspiraba a nombrar directivos profesionales, quienes encabezarían servicios públicos que ejecutan políticas públicas, la mayoría de ellas, trascendentes a cada gobierno.

En su desarrollo, el SADP ha experimentado múltiples desafíos y, entre ellos, el más persistente y complejo ha sido la alta tasa de desvinculación de los directivos seleccionados por el sistema.

Pese a los esfuerzos desplegados a través de la reforma de 2016 -tales como la facultad presidencial de nombrar directamente hasta 12 jefes de servicio-, al concluir el segundo año de gobierno el 74,33% de los directivos de primer nivel, en los tres últimos gobiernos, han sido removidos o no renovados: 77,8% en 2012; 72,6% en 2016 y 72,6% en 2020.

Los otros tres nudos críticos que desarrolla la columna son: que el proyecto no aborda la gobernanza del Sistema de Alta Dirección Pública; no contribuye a establecer una clara distinción entre el Gobierno y la Administración; y que se somete a la consideración del Congreso Nacional con suma urgencia, sin un trabajo prelegislativo y sin considerar el contexto derivado del proceso constituyente en curso.

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