Rafael Blanco: Crimen organizado, la urgencia de contar con una política carcelaria adecuada
marzo 2024
Crimen organizado: la urgencia de contar con una política carcelaria adecuada
En una columna publicada en el diario La Tercera el investigador del CiPP, Rafael Blanco, junto a otros expertos, abordan la necesidad de adoptar medidas en las cárceles ante el crecimiento del crimen organizado.
Rafael Blanco, investigador del Centro Interdisciplinar de Políticas Públicas (CiPP), de la Universidad Alberto Hurtado (UAH), junto al director de la Unidad Especializada en Crimen Organizado y Drogas del Ministerio Público, Ignacio Castillo, y el juez del Segundo Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, Eduardo Gallardo, plantean la necesidad de adoptar medidas en las cárceles ante el crecimiento del crimen organizado, en una columna de opinión publicada en el diario La Tercera, titulada: «Los desafíos de la crisis carcelaria y el crimen organizado».
Al inicio de la columna, los expertos contextualizan el tema haciendo referencia a la situación de violencia en el Ecuador: “Una de las razones que explica la situación de violencia que azota al Ecuador se relaciona con la intervención de facciones criminales que han operado y controlado, de manera impune, los recintos penitenciarios de ese país. Este fenómeno es una constante en países de nuestro entorno”.
Señalan que tanto en el caso del Tren de Aragua, surgido en la cárcel de Tocorón, en Venezuela, como en el del Comando Vermelho y el Primeiro Comando nacidos en las cárceles de Brasil, se observa el fracaso estatal en la “gobernanza” carcelaria, ya sea por el abandono como por la inexistencia de políticas adecuadas de segregación de la población penal. “Si a lo anterior le agregamos fenómenos de corrupción y connivencia de los agentes penitenciarios, se verifica el cóctel perfecto para la concreción de serios conflictos como los que hace un tiempo vimos en Brasil y hoy se repiten en Ecuador”, destacan los especialistas.
En el texto se enfatiza que el desgaste del control estatal de las cárceles es un proceso que lleva originándose durante años y que se explica por dos fenómenos, uno de los cuales, es que los recintos carcelarios se convierten en un territorio controlado por el crimen organizado. “Desde el cual operan con tranquilidad, seguridad y eficiencia, y ello porque la cárcel deja de ser -para ellos- un castigo y se transforma en su centro de negocios delictuales”. Y, el segundo fenómeno es que “la cárcel termina por constituirse en un espacio para las políticas de reclutamiento de las organizaciones criminales, en especial de soldados que se ubican en su base”.
Los especialistas plantean que la gobernanza de las cárceles en un país en que hoy difícilmente se puede negar el crecimiento del crimen organizado requiere adoptar cinco medidas que emergen como prioritarias: una efectiva política de resguardo de la dignidad de los presos; políticas estrictas de segregación que eviten el contacto entre presos comunes y miembros de las organizaciones criminales; un régimen de segregación reforzado, es decir una cárcel de alta seguridad para los jefes y miembros relevantes de las organizaciones criminales; una sofisticada actividad de persecución penal e inteligencia policial dentro de las cárceles; y una institucionalidad enfocada a su función principal de custodia y seguridad, concluyen los expertos.
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