Robin Hood: ¿quién lo pagará finalmente?

septiembre 2022

Grupo de diputados presentan el impuesto Robin Hood para gravar transacciones bursátiles

Un grupo de parlamentarios oficialistas presentó una indicación a la reforma tributaria que buscará gravar las transacciones bursátiles, denominado como «impuesto Robin Hood”. La iniciativa pretende aplicar una tasa de 0,6% al momento de transar acciones en la bolsa, lo que permitiría una recaudación de US$2 mil millones.

El investigador del Centro Interdisciplinar de Políticas Públicas (CiPP), Humberto Borges, señala que este es un Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) –conocido como tasa

Tobin o impuesto «Robin Hood»– que podría aplicar el Estado sobre la venta, compra, transferencia o registro de un instrumento financiero, y que apunta a recaudar alrededor

de 2.900 millones de dólares al año. ”No me gusta el nombre de Impuesto Robin Hood, ya que por lógica robar es impropio, creyendo en las buenas intenciones y lo que se necesita es recaudar, la sola asociación de que el Estado sea un ladrón traerá consecuencias en la forma del concepto institucional sobre todo si no se cumplen las expectativas”, destaca el académico

El investigador del CiPP afirma que la pregunta que surge es ¿quién paga finalmente este impuesto? advirtiendo que “podemos encontrarnos con un problema de nuevas formas de invertir, para no pagar impuestos”.

Borges destaca que será un impuesto dirigido a las personas con mayor riqueza que tienen la capacidad de invertir o ahorrar en algunos instrumentos financieros. “Desde esa premisa no hay problema, creo que puede tener varios puntos a favor, pero el problema es cómo saldrá esta propuesta desde el parlamento, es decir, se cobrará a las personas naturales un impuesto único progresivo por transacción o se cobrará a un conjunto de transacciones”, señala el académico

El especialista advierte que una dificultad será la elección de cuáles serán los instrumentos financieros afectos a este impuesto ya que no es lo mismo cobrar a un bono, que por norma general tiene interés fijo, a cobrar a ventas y compras de acciones de primera emisión y que se transan en el mercado o en el mercado secundario con la salvedad de que lo que se busca no es financiar una empresa sino que lograr utilidades financieras. “No es trivial mi comentario, los bonos son instrumentos muy utilizados por grupos de empresas, para financiarse mediante documentos públicos que, finalmente, representa un financiamiento directo, pero luego el instrumento se transa en el mercado, es decir, puedo vender el instrumento con anticipación, logrando una ganancia antes de su vencimiento, lo mismo puede ocurrir con las acciones”, enfatiza Borges.

Recordemos que el proyecto de reforma tributaria del Gobierno, clave para financiar la mitad del programa de transformaciones que tiene en carpeta la actual administración, logró sortear su primera valla en su tramitación legislativa tras ser aprobada en general por la comisión de Hacienda de la Cámara. Con esto se concretó la primera votación de una de las propuestas más importantes del gobierno.