Tenemos datos que muestran que los estudiantes que incluso debieron retirarse, y solo estuvieron dos o tres años, cambiaron su nivel socioeconómico y su acceso a la educación superior

mayo 2022

Investigación sobre el más revolucionario plan de integración escolar en Chile

En 1970 en el colegio Saint George’s, uno de los establecimientos de enseñanza más prestigiosos del país, se implementó un programa de integración escolar que perseguía terminar con la histórica segregación educacional existente en Chile, integrando a alumnos de estrato social bajo, con otros provenientes de familias acomodadas.

 

Se integraron niños que vivían a un costado del río Mapocho, en las poblaciones El Esfuerzo, El Trabajo y El Ejemplo.

Hasta ahora, lo sucedido con estos estudiantes no había sido estudiado ni tampoco se conocían las impresiones de los profesores que fueron parte de esta iniciativa. Una investigación donde participa el investigador del Centro Interdisciplinar de Políticas Públicas (CiPP) y académico de la UAH, Cristóbal Madero, examina las trayectorias de vida y los resultados a largo plazo tanto económicos, sociales, cívicos y religiosos de los estudiantes involucrados en esta experiencia de integración social. “Utilizando un diseño cualitativo y centrándonos en las experiencias y percepciones retrospectivas de los alumnos, exploramos lo que sucedió con los estudiantes de bajos ingresos que asistieron a este colegio como parte de una reforma institucional revolucionaria que ahora es la inspiración para algunas reformas propuestas en el sistema nacional de elección de escuelas de Chile”, afirma Madero.

Varios colegios innovaron por esos años en cambiar su modelo educativo como el San Ignacio El Bosque, Verbo Divino, San Ignacio Alonso Ovalle, Sagrado Corazón de Alameda, pero fue el Saint George’s en 1970, cuando se trasladó desde Pedro de Valdivia a su actual sede en el sector de La Pirámide, en Vitacura, a los pies del cerro Manquehue, quienes realizaron el mayor experimento de integración social en Chile Estos cambios trajeron consigo varias novedades como el aumento de los cupos, se crearon nuevas asignaturas y se becó a una gran cantidad de estudiantes. “El programa duró sólo unos pocos años antes de que fuera interrumpido a raíz del golpe de Estado que llevó al general Pinochet al poder y el Saint George’s fue intervenido por los militares bajo acusaciones de ofrecer ideologías comunistas. A los estudiantes de bajos ingresos ya inscritos se les permitió terminar, aunque muchos abandonaron después de la toma militar de la escuela y no se admitieron nuevos estudiantes integrados”, relata el académico.

El investigador destaca que este estudio explora las experiencias a corto plazo y la influencia a largo plazo de la integración socioeconómica en una escuela de élite en las vidas de estudiantes de bajos ingresos en una sociedad altamente estratificada. “La inmediatez de las medidas que predominan en la educación impiden nuestra capacidad de ver el impacto a largo plazo de la educación”, comenta Madero.

Esta investigación es una contribución única al obtener las perspectivas y voces privilegiadas de ex estudiantes de familias de bajos ingresos que pueden reflexionar sobre sus experiencias educativas y cómo estas afectaron sus aproximadamente 50 años de experiencia de vida posterior. “Esto nos permite explorar no solo las experiencias de los alumnos, sino la pregunta que refiere al objetivo final de la mayoría de las políticas de integración socioeconómica escolar: ¿cómo la integración social basada en la escuela afectó las trayectorias de vida de los estudiantes de bajos ingresos?”, relata el académico.

El documento presenta los hallazgos de tres grupos focales de diez personas cada uno y encuestas orales y entrevistas estructuradas con 66 ex estudiantes integrados, en la búsqueda por conocer la experiencia de estas personas que a fines de la década de 1960 y principios de los 70 estudiaron en uno de los colegios más prestigiosos de Santiago, permitiendo una integración social real que fue retratada años después en la película Machuca, producción cinematográfica realizada por Andrés Wood, ex alumno que vivió la experiencia. ”Este programa se popularizó en una película del año 2004 llamada Machuca y ahora es la inspiración para una propuesta de reforma del sistema educacional de Chile, «La Ley Machuca», que estaba en discusión durante el año 2019 pero fue interrumpida y que buscaba reducir las desigualdades persistentes al exigir que las escuelas privadas de élite reserven una parte de su matrícula para los pobres”, señala el investigador del CiPP.

La investigación, puntualiza Cristóbal Madero, también explora todo lo que se puede aprender de este caso de integración socioeconómica y revela que los alumnos que fueron parte de este programa ampliaron sus aspiraciones, redes y horizontes, a lo que se agrega un cambio importante en su nivel socioeconómico. “Tenemos datos que muestran que los estudiantes que incluso debieron retirarse y solo estuvieron dos o tres años cambiaron su nivel socioeconómico, y su acceso a la educación superior al compararlo con su grupo de origen y los datos que observamos en la encuesta Casen”, dice el académico.

 

El rector del colegio, Gerardo Whelan, fue el creador de este revolucionario programa de inclusión

A comienzos de este año, el colegio Saint George´s implementó nuevamente este programa con la diferencia que los alumnos integrados se incorporan en pre kínder al establecimiento educacional. Sin embargo, esta es una experiencia que no se replica a nivel nacional. “Pienso que podría funcionar conociendo de los resguardos que han tomado. Pero hay que saber, que siendo un ejemplo a seguir, tiene sus límites porque solo con esta iniciativa no vamos a solucionar el problema de la integración social en Chile”, recalca el especialista.

 

La película “Machuca” de Andrés Wood llevó más de 600 mil espectadores a las salas de cine en Chile en 2004

Resultados de la investigación

Ante la pregunta de la encuesta sobre ¿Cuál fue su experiencia en general? el 65% de los estudiantes integrados que se graduaron de Saint George’s o no alcanzaron a egresar de esta institución, lo consideraron positivo o muy positivo, mientras que el 32% lo considera ni negativo ni positivo, y solo el 3%, un solo encuestado, lo evaluó como una experiencia negativa.

Fue una vivencia “agridulce», así la catalogaron los entrevistados ya que implicó experiencias poderosamente positivas y negativas. En tanto, dos tercios de los estudiantes integrados expresaron la creencia de que el programa tuvo un impacto positivo. El 61% indicó que sus padres tenían una percepción positiva del programa. Menos de la mitad de los estudiantes de bajos ingresos (48%) informaron creer que la experiencia fue positiva para sus compañeros más ricos. El programa fue considerado como una experiencia significativa para la gran mayoría de los encuestados (82%), lo que sugiere que fue influyente en sus vidas. Críticamente, solo el 15% consideró que los maestros trataron a los estudiantes por igual, lo que sugiere un trato discriminatorio o inequitativo por parte de los profesores.

Se usó el término «dulzura» ya que los alumnos integrados señalan que esto fue una oportunidad valiosa, con trato acogedor, destacando el apoyo de sus compañeros, maestros, sacerdotes y padres lo que permitió que se sintieran bienvenidos e integrados en la comunidad.

El estudio muestra que los encuestados valoran las experiencias académicas y sociales de haber sido estudiantes en Saint George’s y el importante impacto que esto tuvo en sus vidas.

El término “amargura” también fue usado en esta investigación y se relacionó con situaciones de intimidación y discriminación por parte de compañeros y adultos, experiencias de exclusión social, percepciones profundas de la desigualdad entre clases sociales. Sin embargo, dos tercios de los encuestados identificaron la experiencia como positiva y casi todo el resto como neutral o mixta.

Se exploró el grado de «inclusión auténtica» experimentado por los estudiantes integrados y se observó los elementos de choque social basado en la clase. También apareció en el estudio el puente social que contribuyeron a la integración donde aparecen cuatro pilares fundamentales: el rol que jugó el atletismo, el año de inscripción en que se integra el alumno al colegio, el apoyo de los pares y la atención recibida por parte de los adultos.

Con respecto a los impactos a largo plazo, los hallazgos sugieren que el programa tuvo efecto positivo en las vidas de los alumnos integrados, elevando sus aspiraciones, mejorando la percepción de sí mismo, aumentando su confianza, fortaleciendo la idea de que se pueden lograr metas, mejorando las oportunidades económicas y sociales a lo largo de sus vidas.