El terremoto educativo tiene su epicentro en quienes no cuentan con los medios y condiciones para afrontar la educación a distancia
junio 2021
Fuente: El Dinamo.
Los investigadores asociados del CiPP y académicos de la UAH, María Paola Sevilla, Cristóbal Madero y Leandro Sepúlveda, en su columna de opinión publicada por el medio El Dinamo, reflexionan a partir de los resultados del “Diagnóstico Integral de Aprendizajes” entregado a fines de mayo por la Agencia de la Calidad de la Educación, que muestran un rezago en los aprendizaje esperados en todos los niveles educativos y una situación crítica de los y las estudiantes en el ámbito socioemocional.
Un terremoto educativo que si bien afecta a estudiantes de todas las dependencias administrativas, “tiene su epicentro en quienes no cuentan con los medios y condiciones para afrontar la educación a distancia”.
Señalan que esta “situación de daño educativo sistémico permite afirmar de manera taxativa que el retorno a clases y las actividades presenciales son fundamentales para la vida escolar y el desarrollo de los estudiantes”.
Sin embargo, tan o más importantes que las condiciones sanitarias mínimas y la disposición de los actores del sistema (profesores, apoderados y sostenedores) para garantizar un retorno seguro, son la reflexión e incorporación de los aprendizajes que ha provocado la pandemia y la adaptación a una nueva normalidad que se quedará entre nosotros.
Afirman, por tanto, la necesidad de avanzar en políticas públicas de educación en diversos ámbitos. Uno de ellos, implica pensar la escuela como un espacio donde encontrarse y aprender de otros. “La escuela debe potenciarse más que nunca como un espacio para la sociabilidad, para el reconocerse con otros distintos, con quienes se aprende y se construye la vida social; aspecto que se ha relevado en toda su importancia en este largo período de distancia física”.
Otros ámbitos son centrar esfuerzos en las estrategias de retención de estudiantes en el sistema escolar, avanzar hacia un nuevo trato con los profesores y poner atención y esfuerzos en la formación diferenciada técnico-profesional.
Terminan reconociendo que en el contexto de la pandemia, es posible rescatar la nueva relación con las tecnologías y su potencial aporte para apoyar los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Para leer la columna completa se puede ingresar en el siguiente link.